viernes, 5 de febrero de 2010

El verano peligroso de Ernest Hemingway

Ernest Hemingway llega a Málaga en los primeros días de 1959. Se alojó en la finca de La Cónsula, que había pertenecido al representante diplomático de Prusia, y eran entonces propiedad de Bill y Annie Davis, matrimonio californiano con los que Hemingway había convivido en México. Compartían su afición por la tauromaquia. Muerte en la tarde (1932) era el relato de aquella pasión. En ese momento, estaba a punto de producirse un encuentro entre Luis Miguel Dominguín, máxima figura del momento, y Antonio Ordóñez, cuñado suyo y a la vez gran amigo de Hemingway. Ese mano a mano, es el origen una serie de reportajes redactados por encargo de la revista Life. Dieron lugar a una obra singular que encontré por azar fruto de algunos días en Pamplona en las fechas previas a la semana de San Fermín.


Davis, Belleville, Hemingway, Mary, Quintana. La Cónsula Málaga. Hemingway Photograph Collection

Transcurridos cincuenta años de aquella visita, Málaga había recordado a Hemingay con un encuentro internacional titulado “Un verano peligroso, Málaga, 1959″(12-15 mayo/09). En un recorte de prensa de Berta González de Vega, titulado “Copas en la piscina de La Cónsula”, publicado en Málaga Hoy hace algunos años afirmaba: "Nadie sabe vender el turismo literario”. Con estas dos líneas resumía  la realidad, y es que esto de la literatura y demás lindezas no deja mucho margen.  La obra de Hemingway le distingue "como el mejor embajador de nuestras tierras y fiestas de los toros. Todavía vienen extranjeros a visitar La Cónsula, con la esperanza fallida de encontrar algún recuerdo, pero no hay nada, no queda nada de aquel tiempo". Quizá sea el momento de recuperar el tiempo perdido. Mientras, es posible encontrar algunos retazos en El verano peligroso


Portada del primer número de la revista Life con las crónicas de El verano peligroso

En la noticia que en su día aparecía en El País, firmada por Franciso G. Basterra (13/06/1985) dando cuenta de la primera edición inglesa, indicaba que se trataba de "un libro acerca de la muerte escrito por un vigoroso hombre de 60 años que tenía razones para temer que su propia muerte era inminente. También es un relato emocionado de su vuelta a aquellos heroicos días, cuando él era joven y aprendía acerca de la vida de los ruedos de España". Así define a The dangerous summer en la introducción del libro James Michener, un amigo de Hemingway y experto en su obra, al que en 1952 Life le pidió su opinión sobre el famoso cuento El viejo y el mar. Para el crítico William Kenne, "Hemingway fue a España en 1959 buscando la juventud, y en vez de ello encontró la muerte y la locura". En algunos sectores de Estado Unidos aún se mantiene viva la mística de papá Hemingway, el padre del nuevo periodismo, profesión a la que el escritor denigró al final de su vida ("el periodismo, después de alcanzar un cierto punto, puede ser una autodestrucción diaria para un escritor creador serio"), pero que nunca llegó a abandonar. The New York Times abrió el pasado domingo su prestigiosa revista de libros con una crítica de El verano peligroso, que tituló 'El último olé'. Para el periódico, "si esta obra hubiera sido publicable o incluso concebible con esta extensión y con esta calidad durante la vida de Hemingway, éste quizá no se hubiera pegado un tiro en la cabeza".


JLRM/10
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NB. Hay una edición en Editorial Sudamericana / Planeta de 1986 y la más reciente en De Bolsillo, de 2005. Acabo de encontrar una entrada interesante de la que procede la imágen de Life cuyo contenido recoge su estancia en Málaga, procede de la Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009, pp. 25-29. Uno de los artículo que dió origen esta entrada es de Ramón Fernández Palmeral y está publicado en Letralia.

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