viernes, 24 de enero de 2025

El sueño inducido como refugio: una lectura de Mi año de descanso y relajación

En la novela Mi año de descanso y relajación (2018), Ottessa Moshfegh presenta un argumento inquietante y profundamente irónico desde el que analiza con el microscopio el vacío aparente de la vida de su protagonista, una modelo perfecta de intelegiencia y glamour. A través de una narradora anónima, joven y adinerada, la escritora narra la crisis existencial que desemboca en un experimento radical. Consiste este en dormir durante un año entero como medio para poder reiniciarse emocionalmente. La premisa absurda, casi surrealista, sirve de base para explorar temas como la alienación, el consumismo y la fragilidad de las conexiones humanas.

La narradora es el corazón del relato. Recientemente huérfana y dueña de un apartamento en Manhattan, podría considerarse privilegiada, elegida, tocada por su belleza, modelada por su educación y afianzada en el mundo gracias a su posición económica. Sin embargo, estas ventajas solo acentúan su sentido de vacío. Su trabajo en la galería de arte Ducat regida por Natasha muestra el lado más canalla, cínica y burlón frente al desafuero creativo de de los creadores que acoge el espacio dedicado a las "bellas artes". La protagonista es autodestructiva e irascible. Antes de aceptar aquel trabajo, ya había decidido que el sueño prolongado, facilitado por una arriesgada combinación de medicamentos, era la mejor manera de evadirse del mundo y eludir su vida ignorando su propio yo. Su radicalidad resuena es un eco repetido como un grito silente ante el reflejo de su imagen en un mundo del que ha perdido su sentido de pertenencia.

En contraste, su mejor amiga, Reva, encarna la búsqueda desesperada de validación externa. Obsesionada con su apariencia física y atormentada por la muerte de su madre, Reva parece ser un reflejo distorsionado de la narradora: mientras una busca anestesiar su dolor, la otra intenta enmascararlo tras una fachada de normalidad. La relación entre ambas es tensa y llena de condescendencia. La narradora desprecia a Reva por su superficialidad, pero en el fondo ambas comparten una desesperación similar, lo que las convierte en dos caras de una misma moneda.

Uno de los elementos más fascinantes de la novela es la figura de la doctora Tuttle, la psiquiatra que facilita el experimento de la narradora al recetarle una variedad de medicamentos sin ningún rigor profesional. Dr. Tuttle es un personaje que raya en lo caricaturesco, pero su indiferencia hacia la salud mental de su paciente subraya una crítica al sistema médico y su incapacidad para abordar problemas emocionales profundos. En lugar de confrontar la causa del dolor de la narradora, Dr. Tuttle se convierte en un engranaje más de un sistema que perpetúa el desapego y la desconexión.

A lo largo del relato también aparecen figuras como Trevor, el exnovio egocéntrico de la narradora, y Ping Xi, un artista conceptual excéntrico para quien la protagonista trabaja brevemente. Ambos personajes refuerzan la idea de un mundo superficial y vacío. Trevor es un hombre manipulador que representa las relaciones fallidas y desiguales, mientras que Ping Xi encarna la banalidad del mundo del arte contemporáneo, con sus proyectos absurdos y su desconexión de cualquier auténtica expresión emocional.

Lo que hace a Mi año de descanso y relajación tan potente no es solo su exploración de la alienación moderna, sino también su habilidad para enfrentar al lector con preguntas difíciles: ¿qué sucede cuando los privilegios materiales no pueden llenar el vacío existencial? ¿Hasta qué punto somos cómplices de un sistema que fomenta la desconexión? La novela también destaca por su humor negro y su tono sardónico, que aportan ligereza a lo que de otro modo podría ser una narración sombría.

El sueño como metáfora del escape y el reinicio es central en la novela, pero también plantea una paradoja: incluso cuando la narradora busca escapar de sí misma, su plan la obliga a confrontar las verdades más crudas sobre su identidad y su lugar en el mundo. En un giro final, su aislamiento radical parece abrir una puerta a la transformación, aunque no sin antes obligarla a descender al abismo de su propia psique. La obra de Ottessa Moshfegh es un retrato despiadado y brillante de la alienación contemporánea, con personajes que, a pesar de su complejidad y sus defectos, resuenan por su humanidad. Mi año de descanso y relajación nos invita a reflexionar sobre la búsqueda del significado en un mundo que parece haber perdido el suyo. 

RM 2025

Ottessa Moshfegh. Mi año de descanso y relajación. Alfaguara. 2019

viernes, 31 de julio de 2020

martes, 22 de octubre de 2013

Nocilla - Para la merienda literaria

Se acaba de publicar completa la trilogía de Fernández Mallo como Proyecto Nocilla y lo cierto es que este tipo tiene tirón y hechuras de artista de diario secreto. Ensayista, escritor, músico, poeta, y humano, dispuesto a salir de la tarta a la mínima. La narrativa de vanguardia es compleja, como la pintura, la música  u otra de las que muy a pesar de algunos siguen formando parte de las bellas artes. Para más detalles, se trata de un científico de formación que aplica o ha aplicado su saber, manejando los principios de la física como preciso hacedor, al servicio de la vida. Como literato su obra arrastra el oficio de un escribidor que no duda en tirar de Tractatus, que es donde yo me quedo, en el punto 7. 






 Prólogo de Julio Ortega

Por primera vez reunida en un solo volumen la trilogía que cambió la historia de la literatura española

Un ambicioso proyecto en el que el Arte, con mayúsculas, toma la palabra, encarnado en hipnóticas piezas de prosa poética y microrrelatos con el poder evocador de una vieja polaroid, con la colaboración del historietista e ilustrador Pere Joan.

«Desde que en 2006 apareció en el espacio literario de esta lengua Nocilla dream, la primera versión del Proyecto Nocilla, seguida por su reversión, Nocilla experience (2008) y por su final inversión, Nocilla lab (2009), la constelación narrativa española ya no es la misma. No porque este Proyecto de una escritura en construcción refute otras opciones sino porque su radicalismo, independencia y novedad abren un espacio extraño por poco entrevisto; en lugar de una exploración de las raíces, la memoria o el pasado, Agustín Fernández Mallo se propuso un proyecto más futurista que español: la construcción de un espacio de actualidad desbordada, allí donde la escritura no se debe a la melancolía de la nacionalidad sino a la proyección de una lengua en devenir. (...)

¿Cómo definir el asombro gratuito de la primera lectura de Nocilla dream? Cada lector lo ha hecho con entusiasmo por su propia lectura, como es natural, y por vía comparativa la ha dotado de un linaje tan ilustre como actual. La suma del Proyecto nos permite verla hoy (y el término es inexhausto) como una primera lectura reiterada: siempre es otro objeto, con otra ruta de acceso.»
Julio Ortega

miércoles, 12 de octubre de 2011

El elefante en la cacharrería

Como un elefante en una cacharrería, el ser humano trastorna y amenaza la diversidad de la vida en nuestro planeta. Roger Barbault describe el "desarrollo sostenible de la vida" —más de 3.000 millones de años de éxito— y describe sus secretos. Recuerda las estrategias creadoras de la vida y en particular uno de sus resortes más poderosos: la cooperación. Los seres vivos se asocian para multiplicarse mejor, para inventar nuevos modos de vida, para conquistar espacios nuevos. El autor analiza las causas de la extinción actual de especies y describe las líneas generales de una estrategia de salvagardia del medio y las especies. Una estrategia que podría enunciarse así: formemos equipo con la vida, para el presente y las generaciones futuras.


Robert Barbault (París, 1943) es profesor en la Universidad París VI y dirige el Instituto de Ecología fundamental y aplicada de la Escuela Normal Superior y el departamento de Ecología y Gestión de la Biodiversidad del Museo de París. Se ha interesado a lo largo de su carrera especialmente por la biología de poblaciones, la biodiversidad y la biología de la conservación. Es autor, entre otros libros, de Des baleines, des bactéries et des hommes (1994), La Biodiversité: introduction à la biologie de la conservation (1997) y Écologie générale: structure et fonctionnement de la biosphère (2003). Su libro El elefante en la cacherrería obtuvo el I Premio del libro sobre medio ambiente de la Fundación Veolia.

Robert Barbault: El elefante en la cacharrería.
Las dos culturas, 11,
264 páginas,
ISBN: 978-84-92422-04-3
Traducción de Javier Fernández de Castro


lunes, 18 de julio de 2011

La década malagueña de Severo Ochoa

Severo Ochoa nació Luarca (Asturias) el 24 de septiembre de 1905. Hijo del matrimonio formado por el abogado Severo Manuel Ochoa y Carmen de Albornoz. Tras la muerte de su padre cuando Ochoa tenía 7 años, su madre y él se trasladaron a vivir a Málaga, donde Severo realizó sus estudios de enseñanza elemental y bachillerato. Pronto desarrolló un interés por la biología estimulado por las publicaciones del neurólogo Santiago Ramón y Cajal, primer español en ganar un premio Nobel de medicina. En 1923, se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Durante sus estudios se alojó en la Residencia de Estudiantes.


Severo Ochoa, un Nobel (casi) de Málaga
Severo Ochoa en el Castillo de Gibralfaro. Fuente: Diario Sur

En 2009 el Diario Sur publicaba una extenso artículo con el título: Severo Ochoa, un Nobel (casi) de Málaga. 


"Después de asistir a un colegio privado durante algunos años, me incorporé al Instituto donde obtuve el título de bachiller en 1921. Fue en los últimos años del Instituto cuando comencé a sentirme enormemente atraído por las ciencias naturales. En gran parte fue debido, estoy seguro, a la estimulante enseñanza de un joven y brillante profesor de química, Eduardo García Rodeja". Con estas palabras comenzaba Severo Ochoa su breve autobiografía The pursuit of an hobby, traducida por él mismo como La búsqueda afanosa de una afición (Ochoa solía decir que su afición era la bioquímica) en la que señalaba Málaga como el lugar que determinó su vocación y su destino. El que estaba previsto que fuera un ingeniero asturiano decidió en Málaga ser científico. El Premio Nobel recibido hace ahora medio siglo permite evocar a quien junto con Santiago Ramón y Cajal constituye el mayor logro científico español del siglo XX.

Ian McEwan - Solar

Michael Beard es un físico que recibió hace años el Premio Nobel y desde entonces vive apoltronado en sus laureles. Tiene ahora cincuenta y pocos años y su quinto matrimonio está tocando a su fin porque Patrice, la quinta esposa, diecinueve años menor que él, descubrió su aventura con una matemática y reaccionó con una euforia inesperada. Se mudó a otra habitación y comenzó una relación con Rodney Tarpin, el constructor que les rehabilitaba la casa, veinte años menor que Beard, quien ahora sufre por la bella Patrice. Aunque quizá su dolor se deba a que desde hace años es sólo un burócrata, el director de un instituto para la investigación de las energías renovables que es poco más que un artilugio político. Entre los becarios del instituto se encuentra Tom Aldous, que tiene proyectos más ambiciosos. Y cuando una noche Tom conoce a Patrice, la combinación de adulterio en las clases ilustradas y esperpento científico deviene una comedia (no en vano esta novela ganó el Premio Wodehouse) de enredos, negra en el más puro estilo Hitchcock, con cadáver incluido. Y aquí y ahora, en este mundo en los umbrales del gran cambio climático, del temido calentamiento global...




«Nos retiene y deslumbra hasta la última página con su aguda percepción de la vida contemporánea, y su implacable suspense» (P. Kemp, The Sunday Times).

«Las incitaciones a reflexionar sobre el cambio climático abundan, y nos apremian. La opción que ha tomado McEwan es tan sorprendente como elegante; en lugar de elegir el Apocalipsis, opta por la comicidad» (Christopher Tyler, The Guardian).

«Una obra maestra de la sátira» (Lorna Bradbury, The Telegraph).

Leer un fragmento de este libro

"Ocupaba un puesto universitario honorario en Ginebra y no enseñaba allí, prestaba su nombre, su título, profesor Beard, premio Nobel, a membretes e institutos, suscribía «iniciativas internacionales», era miembro de una Comisión Real para la financiación de la ciencia, hablaba en la radio con lenguaje de profano sobre Einstein, fotones o mecánica cuántica, brindaba su consejo sobre solicitudes de becas, era asesor de tres publicaciones académicas, escribía informes y reseñas sobre la obra de sus colegas, se interesaba por los cotilleos, la política de la ciencia, las intrigas, las argucias, el aterrador nacionalismo, las sumas colosales arrancadas a ministros y burócratas ignorantes para otro acelerador más de partículas o para alquilar espacio instrumental en un satélite nuevo, asistía a congresos gigantescos en Estados Unidos –¡once mil físicos reunidos!–, escuchaba a posgraduados explicando sus investigaciones, daba con variaciones mínimas la misma serie de conferencias sobre los cálculos que apuntalaban la Combinación Beard-Einstein que le había valido el premio, concedía él mismo galardones y medallas, aceptaba títulos honoris causa y pronunciaba discursos y panegíricos al final de una cena sobre colegasjubilados o a punto de ser incinerados. Era una celebridad, por gentileza de Estocolmo, dentro de un universo restringido y especializado, e iba tirando un año tras otro, vagamente cansado de sí mismo, privado de alternativas".