Severo Ochoa nació Luarca (Asturias) el 24 de septiembre de 1905. Hijo del matrimonio formado por el abogado Severo Manuel Ochoa y Carmen de Albornoz. Tras la muerte de su padre cuando Ochoa tenía 7 años, su madre y él se trasladaron a vivir a Málaga, donde Severo realizó sus estudios de enseñanza elemental y bachillerato. Pronto desarrolló un interés por la biología estimulado por las publicaciones del neurólogo Santiago Ramón y Cajal, primer español en ganar un premio Nobel de medicina. En 1923, se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Durante sus estudios se alojó en la Residencia de Estudiantes.
Severo Ochoa en el Castillo de Gibralfaro. Fuente: Diario Sur
"Después de asistir a un colegio privado durante algunos años, me incorporé al Instituto donde obtuve el título de bachiller en 1921. Fue en los últimos años del Instituto cuando comencé a sentirme enormemente atraído por las ciencias naturales. En gran parte fue debido, estoy seguro, a la estimulante enseñanza de un joven y brillante profesor de química, Eduardo García Rodeja". Con estas palabras comenzaba Severo Ochoa su breve autobiografía The pursuit of an hobby, traducida por él mismo como La búsqueda afanosa de una afición (Ochoa solía decir que su afición era la bioquímica) en la que señalaba Málaga como el lugar que determinó su vocación y su destino. El que estaba previsto que fuera un ingeniero asturiano decidió en Málaga ser científico. El Premio Nobel recibido hace ahora medio siglo permite evocar a quien junto con Santiago Ramón y Cajal constituye el mayor logro científico español del siglo XX.